En el envejecimiento físico del tercio superior de la cara los músculos intrínsecos de la expresión facial generan la presencia de arrugas en la región del entrecejo que dan una expresión facial enojada, de angustia y de rigidez; mientras que el músculo frontal además puede generar lineas de expresión activas que aparentan edad y estrés, este músculo también interviene en la elevación de las cejas por lo que su tratamiento con toxina botulínica puede lograr una elevación de las cejas en las mujeres y una relajación de la expresión en hombres: generando así una mirada más amable, suave y estética. Las famosas patas de gallo se deben a un exceso en la contracción del músculo orbicular de los parpados. Como todo en medicina se requiere un excelente conocimiento de la anatomía facial para realizar tratamientos de rejuvenecimiento.
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